Así es. Un negocio. Los interventores de Casas de Bolsa ganan salarios que jamás en sus sueños más salvajes hubieran ganado en un país normal, donde las credenciales académicas y la experiencia es lo que determina a la postre la remuneración. (casi ninguno de ellos tienen curriculum de mercado de capitales, muchos de ellos están aprendiendo, mientras ganan pingues salarios).
Por eso, no han "soltado" el coroto que sostienen. Los 30 o 40 palos que se meten mensualmente y que paga la institución intervenida justifican mantener la intervención, aunque en algunas de esas instituciones ya se hayan cumplidos los extremos legales y financieros para permitir una operación normal.
sábado, 8 de mayo de 2010
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